Corre por los interminables médanos de Cariló. Sube y baja sin pausa. Fuerza sus piernas hasta la cima y desde allí mira el mar bravío que rompe sus olas en la orilla. Se siente libre y deja que la brisa se encapriche traviesamente con su cabello. Por primera vez Martina Stoessel no tiene que rendir cuentas a nadie, ni cumplir con estrictas y agotadoras agendas. Por primera vez, está libre. Y aunque su documento sólo apunta 18 años (recién el 21 de marzo celebrará los 19) Martina ya atravesó las experiencias que muchas personas no afrontan en toda su vida. “Muchos creen que tengo más edad. Pero sólo tengo 18, aunque las responsabilidades de alguien mucho más grande. Mis amigas, las de siempre, las de toda la vida, me dicen que soy muy adulta”, repite con su voz suave, amistosa y dulce. Al tiempo que juega con su perrita Pincher marrón llamada Olga, hace un pequeño break para beber un café con leche y comer un sandwiche que su mamá Mariana le preparó. Junto a su padre, Alejandro, a su hermano, Frank, y a su amiga Sofía, hoy Tini disfruta de unas esperadas vacaciones en el mar. Viene de un año con tantos compromisos y giras por toda Europa —donde realizó 400 shows— que no le dejaron tiempo ni siquiera para disfrutar del amor. Ya que después de un noviazgo con Peter Lanzani (25) la pareja se separó y la cantante, actriz y compositora teen necesitaba parar. Precisaba un tiempo para recargar energías, para arrancar de nuevo. A sus 18 años también le llegó la etapa de grandes cambios. El fin de un período y el comienzo de otro.
“Entre las interminables giras que tuve, hicimos algunos pequeños parates. Pero vacaciones de verdad, hacía mucho tiempo que no tenía. Porque en Europa no tuvimos días libres y la única semana que no hicimos nada, me tomé un avión y volé a Los Angeles para ir a grabar el disco. Así es que tampoco esa escapada fue descanso... ¡Sentí que no podía más! Y no me quejo porque la pasé genial. Fue una de las experiencias más grandes de mi vida. Pero estaba cansada. Por eso estoy disfrutando tanto mis días en Cariló, un lugar al que venimos en familia desde que era muy chica. ¡Estas son mis primeras vacaciones en mucho pero mucho tiempo!Y necesitaba parar porque extrañaba mi casa, mi familia, mis amigas, todo... Yo soy muy pegote y extraño horrores cuando estoy lejos. Todo el tiempo tengo la ansiedad de saber cómo están las cosas acá. Hay que pensar que toda la gente que yo quiero tiene una vida muy diferente a la mía. Y yo soy la rara no ellos...”, exclama Martina y ríe relajada, de entrecasa.
Sí, su vida es muy distinta a la de todas las chicas de su edad. Su fama cruzó fronteras y océanos y su nombre hoy es sinónimo de éxito en varios idiomas. “Pero yo siento que soy la misma de siempre. Yo no dejo de ser terrenal por vivir experiencias increíbles. Porque soy consciente que la gira que hicimos fue al nivel de las de Taylor Swift, Justin Bieber o One Direction... Por eso yo siento que el lujo más grande que me dio la vida es tener todo eso pero llegar a mi casa y seguir siendo esa chica que siempre fui. De poder encontrarme con mi familia, mis amigos, mis afectos... Ese es mi gran lujo”, asegura Tini, reflexiva. Así, tranquila, sólo con el ruido del mar que brama a lo lejos, ella habla pausada, en una íntima y exclusiva charla con CARAS. Y no teme enfrentar ningún tema.
“Yo sé perfectamente que no tuve ni tengo la vida de una chica normal de mi edad. Pero lo digo bien. Y no me arrepiento de nada. Jamás me sentí prisionera ni en una jaula de cristal. Durante casi cinco años fui Violetta para Disney y para toda la vida voy a seguir siéndolo para todas las nenas a las que el programa les marcó su infancia. Las niñas crecen pero yo para ellas quedaré siempre como Violetta. Por eso sentí que dependía de mí también crecer y fui separando el personaje de Martina. Jamás padecí ser Violetta, todo lo contrario. De hecho pude hacer una película en la que me dieron la posibilidad de juntar a las dos y se llama ‘Tini el gran cambio de Violetta’. El gran cambio pudo juntar las dos vidas. Pero jamás se me pasó por la cabeza dejar de ser Violetta y no creo que eso nunca me suceda. Yo voy a estar pegada a ella por toda mi vida. Y lo digo feliz porque me dio la posibilidad de cumplir el gran sueño de mi vida. Desde chiquita yo sólo soñaba con cantar y bailar y lo logré gracias a ella. Por eso nunca viví el éxito como una cárcel. Le puse mi corazón y mi alma. Yo le di vida a ese personaje; la creé siendo yo. Con mi forma de reir, de llorar, de cantar... la esencia es la misma. No era ni soy una actriz que compone personajes. Y la gente lo ve así. Por eso soy cercana a las nenas. Porque se dan cuenta que ellas también pueden cumplir sus sueños. Y que yo también sueño con lo que ellas sueñan”, repite una chica adulta y muy convencida del camino que hoy recorre más allá de sus pocos días de relax.
Martina siente que con la fuerza que le dan sus seguidoras le alcanza para continuar por su ruta en busca de nuevos horizontes y de cumplir otros sueños. “Yo vengo de una familia en la que los sueños son muy importantes y por los que se lucha para que se concreten. Mi gran referencia son mis padres. Mi mamá se enamoró de mi papá cuando sólo tenía 17 años y se casaron y formaron su propia familia. Y ellos me criaron así. Por eso yo también sueño con casarme y tener hijos. Con formar una familia e irme de vacaciones con ellos y, obvio, ver a mis papás ya convertidos en abuelos... Mi sueño es seguir creciendo. Y lo hago porque grabo un disco con mi nombre y desembarqué en Hollywood con ofertas y eso es un paso gigante”, dice al tiempo que mira de reojos a Mariana y a Alejandro y suelta una carcajada.
Como parte de una transformación natural que comenzó a dar su vida hace algunos meses, Martina también manifestó su cambio en un radical nuevo look. “Jamás pensé que mi corte de pelo iba a dar tanto que hablar. Por las redes sociales me dijeron de todo. Que me quedaba bien, que era feo, infinidad de opiniones. Pero yo venía desde hace cuatro años sin parar con el maltrato a mi cabello. Con planchita, rulos, mucha cosa agresiva sin descanso. Y fue una decisión que no la analicé. Simplemente dije basta. Un día me levanté y decidí cortarme el pelo y dejármelo un poco natural. Que él también descanse y sea libre como yo. Fue una cosa como de liberación. Además, pensé, el pelo crece y quiero sentirme libre en la playa y el sol. Va a volver a crecer y estará más sano. Fue todo un cambio muy grande para mi imagen pero no muy pensado a nivel mental. Porque yo siento que la imagen es importante pero no determinante. Yo jamás perderé mi esencia y eso no tiene nada que ver con lo que tenga puesto o cómo luzca”, cuenta y no puede evitar mirarse al espejo una vez más.
Al terminar sus vacaciones Martina volverá a viajar a Los Angeles para encerrarse a grabar su nuevo disco para Hollywood Récords, con canciones que ella misma define como “tremendas” que estarán en la película y que presentará en una gira mundial que la tendrá en Buenos Aires para las vacaciones de invierno. “Estoy muy entusiasmada con todo lo que se viene por delante. Dedicada a la música y a la película. Con un show que nos llevará cuatro meses de preparación. Pero me gustan los desafíos en general porque me estimulan para seguir adelante después de cinco años de trabajar sin parar y de arrancar de nuevo. Y dentro de esos nuevos caminos también lanzaré mi propia línea de ropa, mi perfume, un canal de You Tube, mis accesorios... Todo junto. ¡Dios mío nunca me puedo quedar quieta!”, exclama lanzando una de sus carcajadas. Y el amor sigue siendo un tema recurrente en la íntima charla realizada en el living de la cálida casa de Cariló. Donde el sol ya comenzó a esconderse tras el horizonte. “Hoy estoy sola. Pero muy tranquila. Disfrutando de todo lo que la vida me da. Estoy bien. Aunque las separaciones son siempre feas. A Peter lo quiero mucho. Mi familia lo ama y su familia me ama. Pero yo soy muy chica todavía y estábamos mucho tiempo alejados por el trabajo. Con él viví una relación de adultos porque es más grande y hay que pensar que yo todo el tiempo me relaciono con gente más grande y ya creo que no podría estar con alguien de mi edad. Pero no lo descarto... Es más fuerte que yo. Vivo preocupándome por todo. Me encanta controlar todo lo que pasa pero desde un costado bueno. Pregunto, quiero que me expliquen todo lo que sucede y así entiendo y crezco. Yo soy así en todo y, por lo tanto, también en el amor. Me gusta estar en cada detalle y no lo siento como un peso”, relata muy tranquila. Martina cuenta que no se siente cerrada al amor, todo lo contrario, aunque aclara que tampoco le pesa la soledad.
“No es que no tenga ganas de volver a enamorarme sino que siempre estoy abierta al amor. Me encanta enamorarme. Vivir ese estado. Porque yo nací así. Me fascina el amor en todos sus sentidos. Pero lo que aclaro es que no voy en busca de... Eso se da solo. Lo vivo naturalmente y por eso quiero que la vida me sorprenda. Yo quiero un príncipe porque la persona que tuve a mi lado era así. Peter fue un príncipe conmigo. Creo que las mujeres somos princesas y los hombres príncipes, como en los cuentos. Siento que el hombre debe ser un caballero y la mujer, debe cuidarlo, respetarlo y serle fiel”, afirma muy convencida del importante lugar que ocupa el amor en su vida.
Lejos de los escenarios y de las rutinas de grabaciones y filmaciones, Tini dice que hoy se da todos los gustos. “Como de todo. No me privo de nada. También en eso soy una chica normal; muero por los helados y las tortas. ¡Soy una chica de 18 años muy feliz! Como todas las personas tengo mis momentos de angustias; a veces estoy cansada y triste, o no estoy en el mejor día... Pero eso justamente me hace una chica normal. Y eso, espero no perderlo jamás porque es mi esencia”, concluye una mágica chica llamada Martina Stoessel.