Esta mañana llegó la triste noticia de la muerte de Felipe de Edimburgo, el esposo de la Reina Isabel II. Al saberse eso, la herencia del Duque, comenzó a ser de interés ya que es uno de los títulos nobiliarios más importantes que otorga la Casa Real británica, que está en riesgo de extinguirse.
Este titulo fue creado en 1726 por el rey Jorge I para dárselo a su nieto Federico, y desde entonces solo lo han llevado cinco personas, todos familiares directos del monarca. El príncipe Felipe es el primer hombre que lo lleva por su matrimonio con un miembro de los Windsor, ya que el padre de la entonces princesa Isabel, Jorge VI, se lo concibió 1947 cuando se casó con la entonces Princesa Isabel.
Para conservarlo, en 1999 se decidió que se lo pasaría a otro miembro. El elegido fue el príncipe Eduardo, el menor de los cuatro hijos de la Reina y el rey consorte. De esta manera, el conde de Wessex, sería la única opción para recibir el ducado de Edimburgo. Casado con Sophie , mantiene un perfil bajo centrado en la institución y en su familia.
Además, Eduardo recibirá los títulos subsidiarios asociados al ducado de Edimburgo como conde de Merioneth y barón Greenwich.
Se presume que una vez que Carlos llegue al trono, habrá una reducción de la miembros de la realeza. Tanto las asesores del príncipe Carlos como los de William encontraron un punto en común para reducir los miembros de la Corona británica. El motivo: consideran que la única manera de que la Casa Windsor sobreviva al siglo XXI es manteniendo solo a la descendencia directa.