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Pablo Layús no está transitando su mejor momento. Instalado en Capital Federal por trabajo, vive un crisis de pareja con Elsa Cánepa Vigano quien se instaló en Córdoba con los hijos de la pareja.
Todo comenzó cuando a priincipio de año el matrimonio regresó a su provincia natal para la cobertura que el cronista hace, año tras año, de la temporada de verano en Villa Carlos Paz. Cuando el periodista debía regresar a la Capital, la fotógrafa cambió los planes de la familia y decidió quedarse en Córdoba con los hijos de ambos.
"A Elsa le pesó mucho no haber podido estar con sus padres durante la pandemia y me planteó que se quería quedar allá. Lo bueno es que un amigo nos prestó un departamento, y los nenes consiguieron colegio rápido”, le dijo Pablo Layús a "Paparazzi" sobre el punto de quiebre para el matrimonio.
Mientras el periodista permanece en Capital Federal y trabaja durante todo el día, su esposa se centra en la crianza de sus hijos y en su trabajo. Más allá de la distancia y la crisis, el cronista sigue apostando por la pareja. “No sé que va a pasar en el futuro, por ahora es un día a día. Nosotros llevamos once años juntos y la relación, cuando tenés hijos, es distinta. Yo viajo todos los fines se semana a verlos”, reveló.
Terminante el lugar dónde vivirán a futuro su esposa e hijos, Layús ve con dolor la distancia. "En la semana, acá estoy solo pero como trabajo muchas horas por día, se me pasa rápido. Ella no creo que quiera volver. Veremos qué sucede…”, aclaró.
Juan y Francisco, los que más sufren la distancia
Según confesó el mismo Pablo Layús mantiene contacto diario por videollamada con sus hijos y tomarse todos los francos en Córdoba para estar cerca de ellos.
En avión, micro y hasta manejando, el cronista hace varios kilómetros a la semana para estar cerca de los suyos.
"Los chicos allá están contentos. Están felices porque en Carlos Paz la pasan realmente muy bien. Se adaptaron rápido al colegio, se han hecho de amigos también allá. Obviamente, el momento más difícil es cuando me tengo que venir. Cuando hago el bolso y los saludo, es un momento que todavía no superan, aunque se quedan con la mamá”, dice con profundo dolor.
Sobre sus charlas, indica que son de fútbol y temas del día a día; y que evitan hablar de la crisis que atraviesan el cronista y su esposa de más de una década.
