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En la noche ayer los participantes de Gran Hermano recibieron saludos de sus familiares previo a la Navidad. Romina, quien manifestó en varias ocasiones abandonar la casa para reencontrarse con sus hijas, tampoco logró controlar sus emociones y desbordó del llanto.
Romina no aguantó a entrar en el confesionario que se quebró mientras abría la puerta. Sollozando, se sentó frente al televisor y disfrutó de los saludos de sus más queridos, pero hubo tres de ellos que les robaron todas las lágrimas.
Cuando vio a sus hijas enviándoles saludos a través de la pantalla, Romina se cubrió el rostro con ambas manos para esconder su angustia. "Hola mami, ¿Cómo estás? Espero que la estés pasando bien y que pases unas fiestas bendecidas", le deseó su hija más grande, la cual se egresó de la primaria hace unas semanas mientras Romina se lamentaba por no estar presente.
"Te amo mamá", fue lo que gritaron sus dos hijas más pequeñas, mientras que Romina les respondía con la misma frase. Cubierta en lágrimas, Romina aseguró que "lo necesitaba" en relación a los saludos.
La maternidad de Romina fue muy cuestionada dentro y fuera de la casa. En más de una ocasión, la ex diputada manifestó sus ganas de abandonar el certamen para romper la distancia entre ellas y sus hijas. Sin embargo, por ahora decidió continuar en la competencia y fue la primera salvada de la noche en la última gala de eliminación.
