Carlos III tuvo su coronación y de esta manera quedó establecida el comienzo de la nueva era monárquica desde el fallecimiento de la reina Isabel II. Pero por decisión del protagonista, la ceremonia se realizó con muchos cambios en las tradiciones que se sostuvieron durante décadas.
El nuevo rey estuvo acompañado por Guillermo, príncipe de Gales, quien le dedicó el "Homenaje de sangre real" y le juró lealtad, asimismo como su compromiso de cuidar la monarquía el día que él pase a ocupar el trono.
Todas las tradiciones que Carlos III rompió para su coronación
Si bien la corona británica se caracteriza por mantenerse firme a las tradiciones que comenzaron con los primeros miembros reales, el rey Carlos decidió terminar con alguna de ellas y otras, modificarlas.
El primer cambio más impactante fue la presencia de varios monarcas desparramados por el mundo. Antiguamente, solo los miembros de la misma familia real podían asistir a la coronación, ya que se creía que era una ceremonia íntima entre el rey y Dios.
Pero Carlos III rompió con la tradición y al gran evento asistieron reyes como Máxima de los Países Bajos y el rey Guillermo de Holanda, Doña Letizia y el rey Felipe VI de España, la reina Margarita de Dinamarca, entre otras figuras importantes de las monarquías. La Abadía de Westminster solo tiene capacidad para 2.000 personas, pero fueron alrededor de 20.000 las que saludaron al hijo de Isabel II en las distintas actividades que se realizaron en torno a la coronación.
Otras de las modificaciones fue la presencia de los miembros de la Cámara de los Lores que pertenecen a otras religiones, como el judaísmo, hinduismo y el islamismo. Aquellos miembros de dichas religiones dejaron, a modo de ofrenda o regalo, un elemento de importante simbolismo para ellos, pero que no representa nada en el catolicismo.
Por su parte, el primer ministro inglés, Rishi Sunak, fue el encargado de hacer una lectura durante la ceremonia religiosa, una actividad que jamás le correspondió a una figura política, sino a una figura católica.
Además, Carlos III se coronó como el primer monarca británico en estar divorciado y nuevamente casado, pero por civil. Algo impensado muchos años atrás. El rey de Inglaterra fue el protagonista ante los ojos y las cámaras de todo el mundo.