El Príncipe Guillermo está destinado a convertirse en uno de los monarcas más influyentes de Occidente, pero su camino hacia el trono ha estado lleno de desafíos y tragedias personales.
La trágica muerte de su madre, la princesa Diana, en 1997, fue el primer gran golpe. La pérdida dejó una cicatriz emocional profunda que ha influido en su vida y en su visión del deber real. La humillación pública de su padre, Carlos III, debido a su relación extramarital con Camilla Parker Bowles, añadió otra capa de dolor y complejidad a su juventud. La situación familiar se complicó aún más con la tensa relación con su hermano menor, el príncipe Enrique, lo que ha sido descrito como una "guerra fratricida".
Más recientemente, Guillermo ha enfrentado otro devastador golpe con el diagnóstico de cáncer de su esposa, Kate Middleton, y el posterior diagnóstico similar de su padre. Estos eventos han puesto a prueba su fortaleza y resiliencia en un momento en que la estabilidad de la monarquía es crucial.
El accidente del Príncipe Guillermo que lo cambió para siempre
Uno de los episodios más singulares de su vida ocurrió en 1991, cuando, a la edad de ocho años, un compañero de colegio lo golpeó accidentalmente con un palo de golf, causándole una herida grave en la frente. La cicatriz resultante es aún visible hoy en día y ha sido motivo de comparaciones y bromas, incluyendo la alusión a la marca de Harry Potter, algo que Guillermo toma con buen humor, llamándola "la marca de Harry Potter". Este incidente también marcó el fin de cualquier interés en el golf para él.
AM