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Iñaki Urdangarin, el exmarido de la infanta Cristina de España, pasó 939 días en prisión después de ser condenado por malversación de fondos y estafa. Sin embargo, según un nuevo libro que reveló detalles de su estancia en la cárcel, se conoció que no fue un prisionero común. Su vida en la cárcel fue relativamente cómoda, gracias a sus conexiones y privilegios.
Según el autor del libro "Urdangarin. Relato de un naufragio", Nacho Gay, Urdangarin se alojó en una habitación amplia y equipada con un sofá, una mesa y un patio exterior. Además, dispuso de una especie de oficina y una bicicleta de última generación que le regalaron. Sus visitas también fueron Vip, con una duración máxima de hasta cuatro horas y media, en lugar de las tres permitidas para los demás presos.
Aunque se trataba de un prisionero con privilegios, Urdangarin se describe como un hombre solitario y decepcionado con su esposa, la infanta Cristina. No se presentó a visitarlo en algunas ocasiones, lo que le causó un gran disgusto. En una conversación con el capellán de la cárcel, admitió que estaba decepcionado con su esposa y que no había sido infiel a ella.
Durante su estancia en prisión, Urdangarin pasó 168 libros y se pasaba horas subido en su bicicleta o haciendo ejercicio. Según el autor del libro, se convirtió en amigo del capellán de la cárcel, padre Galán, quien le brindó apoyo y consejos durante su estadía. Después de ser liberado, se mudó a vivir con su nueva pareja, Ainhoa Armentia, y parece que ha intentado superar el pasado y empezar una nueva etapa en su vida.
El caso Iñaki Urdangarin es uno más en la serie de escándalos financieros que han involucrado a miembros de la familia real española. La condena fue considerada una debacle para la institución monárquica y generó un gran debate sobre la ética y los valores morales del sistema judicial español.
AM
